martes, 28 de marzo de 2017

Farolillos solidarios

Dispuestas a prender la chispa de la solidaridad, las ONG burgalesas Proyecto Rubare y Kisoro DCI se alían en una iniciativa singular para la que precisan el apoyo de los sus vecinos. Y es que quieren iluminar de esperanza la ciudad con una suelta masiva de farolillos que evidencie el compromiso de esa ciudad con los refugiados. La propuesta, una suma de ilusiones, invita por tanto a encender la llama «en homenaje a toda esa gente de fuego, que brilla con luz propia, que arde la vida y si la encuentras te enciende», explican sus promotores, inspirados en el microrrelato Un mar de fueguitos del uruguayo Eduardo Galeano.


Se distribuyeron 3.000 farolillos -a la venta por tres euros de donativo- con los que, más allá de dibujar una imagen poética el 25 de marzo a las 20:00 horas en el paseo Sierra de Atapuerca, recaudar fondos «que se destinarán íntegramente a los refugiados de la República Democrática del Congo en Uganda». Ambas organizaciones conocen bien la necesidad de ayuda de la etnia batwa, una minoría pigmea expulsada de sus tierras en las montañas Virunga que «malvive desde hace años en un asentamiento en el territorio ugandés al que se desplazaron».


Tanto Proyecto Rubare como Kisoro se toparon con esta realidad y comenzaron a trabajar «para impulsar su autogestión y proporcionar a la etnia batwa un futuro hasta ahora inexistente, mejorando su calidad de vida», explican en el extenso documento que presenta sus ‘intenciones’ en aquel rincón del mundo en el que «las casas son inhumanas y la supervivencia de los niños casi nula», denuncian.

Para lograr su meta han alquilado un terreno en el que cultivar alimentos con los que estos refugiados puedan subsistir. Además, con los beneficios de esta próxima actividad solidaria promoverán la construcción de dos centros sociales -uno en cada poblado- que sirvan también de escuela.

La idea es que los levanten ellos mismos, «siendo protagonistas de su propio cambio social», y que esta labor les proporcione los conocimientos necesarios «para transformar sus chozas en casas adecuadas y en condiciones dignas, fomentando de paso el empleo, la formación y el trabajo cooperativo», detallan.

Salvar los 8.000 kilómetros que separan Burgos de tal enclave y sumarse a la iniciativa de Proyecto Rubare y Kisoro será posible con el sencillo gesto que ambas entidades sociales proponen para dentro de dos semanas.


La alianza entre Proyecto Rubare y Kisoro DCI viene de lejos. Sus promotores se conocían «hace años», pues apenas 40 kilómetros separan sus respectivas zonas de acción en África, separadas sin embargo «por las fronteras de dos países con realidades similares pero con aspectos políticos y culturales que precisan diferentes intervenciones», señalan. Hablaron, compartieron inquietudes y decidieron cooperar «porque importan las personas y no limitan las fronteras».

Una iniciativa distinta, con un fin solidario, y donde mucha gente estuvo implicada. Todo un éxito.

1 comentario:

  1. hola soy andres gutierrez saiz y me parece muy bien que ayuden a los refugiados del congo iluminando el cielo

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